Rincón
del riesgo
Monsanto: entre el poder y las
denuncias
Por Juan Guillermo Rivera Berrío
Es dramático que, en un país democrático, las víctimas de la
contaminación sean quienes paguen las consecuencias de una situación provocada
por una empresa multinacional cuyo único objetivo es eliminar cualquier tipo de
alternativa no transgénica a la producción de alimentos (Carrasco, 2008, p.25).
Inicio este Rincón con esta observación de un consumidor
español, que refleja el nivel de percepción frente a los riesgos derivados de
la producción y consumo de alimentos genéticamente modificados. El déficit
cognitivo y la pasividad de los medios de comunicación permiten que se
desarrollen e implementen tecnologías cuyos efectos aún son inciertos. Sólo
cuando la tormenta nos hace sentir sus impactos nuestra percepción se hace
presente. Comprendo que, al igual que en las nanotecnologías, son muchos los
beneficios que se obtienen con el desarrollo de nuevas investigaciones en torno
a los OMG; sin embargo, también he comprendido que es poca la investigación
sobre los riesgos que la implementación de los OMG originan; por ello, en este artículo,
compartiré algunas evidencias puestas al descubierto, que dan cuenta del gran
poder de empresas como Monsanto y de los efectos no deseados de algunos
productos de esta empresa estadunidense.
El poder de Monsanto al descubierto en
Wikileaks
En 2011,
cables filtrados por Wikileaks muestran al mundo el gran poder de las compañías
productoras de organismos genéticamente modificados (OGM) que, si leemos bien,
se confunde con el gran poder que ejerce EEUU en el mundo. El primer cable lo
transcribo tal como lo denuncia Natural News en 2011:
Wikileaks
sigue meciendo el mundo político al emitir a la luz conspiraciones, corrupción
y encubrimientos. El último lote de cables diplomáticos, liberados por
Wikileaks, revela lo que sólo puede calificarse de una conspiración liderada
por Estados Unidos para obligar al uso de los OGM en los países europeos. El
cable revela las palabras de Craig Stapleton, embajador de EEUU en Francia, que
estaba empujando a los intereses comerciales de la industria biotecnológica por
intentar forzar los OGM en Francia. En sus propias palabras, expresa su
frustración con la idea de que Francia podría aprobar leyes ambientales que
dificultan la expansión de los OGM:
"Europa se está moviendo hacia atrás no hacia adelante sobre esta
cuestión, con Francia jugando un rol principal, junto con Austria, Italia e
incluso la Comisión [Europea]... Pasando a represalias dejará claro que el
camino actual tiene un costo real de intereses de la Unión Europea y podría
ayudar a fortalecer la voz en favor de la biotecnología”.
La amenaza
de Stapleton es presentada por The
Guardian, así: “En respuesta a las medidas tomadas por Francia para prohibir
una variedad de maíz GM de Monsanto a finales de 2007, el embajador, Craig
Stapleton, amigo y socio de negocios del ex presidente de EE.UU., George Bush,
pidió a Washington que penalicen la UE y los países que no apoyan el uso de los cultivos
transgénicos”. Más adelante, se denuncia: “Documentos filtrados también
por Wikileaks revelan que diplomáticos de EEUU en realidad trabajan para
Monsanto”.
Si leyeron
bien, toda esta presión de los poderosos fue en 2007. En este año, el filósofo mexicano
León Olivé, en una conferencia en el ITM de Medellín, nos advertía de los
riesgos de los transgénicos que, al igual que en México, fue el resultado de la
firma del TLC. Pero, nuestro filósofo, al igual que la mayoría de nosotros, ignorábamos
que el gobierno de ese año había aprobado la siembra de dos tipos de maíz transgénico,
con o sin TLC. Es nuestra inocencia o, si se prefiere, nuestro desconocimiento
de lo que se teje en la telaraña del poder. Basta un ejemplo, ¿sabía usted que
la familia Gates (¡Sí! La misma de Bill) es socia de Monsanto?
Viejos riesgos, viejas denuncias
En 1998,
Marc Lappé y Britt Bailey anticiparon el lanzamiento de su libro Against the grain, biotechnology and the corporate
takeover of your food, en el cual denunciaban los peligros de la tecnología
genética en la agricultura y el apoderamiento de las grandes corporaciones del
abastecimiento de alimentos. Tres días antes de que el libro fuera impreso, el
editor recibió una carta amenazante de la compañía Monsanto. La carta hacía
referencia a un artículo corto publicado por Lappé y Bailey cinco meses antes.
Los abogados de Monsanto afirmaban que el artículo “was defamatory and potentially libelous against Roundup herbicide,
Monsanto's major product". El editor, temeroso de un litigio costoso,
detuvo la impresión y el libro fue cancelado (Smith, 2003, p.202). A pesar de
este obstáculo, el Journal of Medicinal
Food aceptó publicar los resultados de esta investigación en 1999. Por su
parte, la American Soybean Association,
organización financiada por Monsanto salió a su defensa creando un sitio de Internet, en el cual
atacaba los hallazgos de dicha investigación soportándose en un estudio
realizado por Monsanto y publicado en el Journal
of Agricultural and Food Chemistry meses después de la publicación de Medicinal Food.
Quizá el
caso que más polémica ha generado en la comunidad científica fue la publicación
de un artículo en la revista Nature por el científico mexicano Ignacio Chapela
y su estudiante David Quist. En este artículo se documenta los efectos del maíz
transgénico en México y la combinación de genes por medio del insecticida
transgénico Bt en el maíz nativo. La crítica más fuerte la describe Sarewitz
así:
The
original article, which went through Nature’s standard peer review process, was
attacked vociferously by numerous scientists, including former Berkeley
colleagues of Quist and Chapela. Both the methods and the conclusions of the
original paper were strongly criticized. One scientist called the paper ‘a
testimony to technical incompetence,’ another termed it ‘so outlandish as to be
pathetic,’ and a third dismissed it as ‘trash and indefensible’ (Sarewitz,
2004, p.391).
El caso
adquiere más relevancia en tanto que los críticos de Quist y de Chapela estaban
apadrinados por la industria de la biotecnología, por contraste a Quist y
Chapela, aliados de los detractores de
la biotecnología (Sarewitz, 2004) . En los críticos la percepción está
influenciada por los intereses económicos, mientras en los segundos la
percepción, de ser ciertos sus hallazgos, está más cercana a la realidad: “In
disciplinary terms, these competing views map onto two distinctive intellectual
schools in life science—ecology and molecular genetics” (Ibid, p.391).
Los
hallazgos de Chapela y Quist ya habían sido comprobados por un grupo de
científicos de la Universidad de Cornell, confirmando que el trigo manipulado
con Bt envenenaron, en pruebas de laboratorio, a la mariposa Monarca en su
estado larvario (Smith, 2003, p.206). Por otra parte, la soja que contiene el
gen de una nuez de Brasil para aumentar su valor proteico ha ocasionado serios
problemas a las personas alérgicas a este producto. Véase Smith (2003, pp.159-181)
sobre las alergias producidas por la leche de soja, en particular, y el
incremento acelerado de otras alergias ocasionadas por el consumo de alimentos
genéticamente modificados, en general.
Una de 2012 publicada en la web. Una mueva investigación revisada por pares
publicada hoy pone en duda la seguridad de los cultivos transgénicos y los
herbicidas utilizados en ellas. Las ratas alimentadas con Monsanto
genéticamente modificados (GM) de maíz, llamado NK603, durante un período de
dos años, mostró un aumento significativo de las tasas de cáncer y muertes. Véase
la investigación en Séralini (2012).
En le próximo Rincón discutiremos
el caso colombiano, la polémica Ley 518, Monsanto en Colombia, ¿qué estamos
consumiendo?, el glifosato, entre muchos etcéteras.
Referencias
Carrasco,
J.F., 2008. La coexistencia sigue siendo imposible: testimonios de la
contaminación. Madrid:
Greenpeace España.
Quist, D., and I.H. Chapela. 2001. Transgenic DNA introgressed into traditional maize landraces in Oaxaca,
Mexico. Nature 414: 541-543.
Sarewitz, D., 2004. How science makes environmental
controversies worse. Environmental Science & Policy, 7, pp. 385-403.
Séralini, G., Clair, E., et. al., 2012. Long term
toxicity of a Roundup herbicide and a Roundup-tolerant genetically modified
maize, Journal Food and
Chemical Toxicology
Smith, J.M., 2003. Seeds of deception: exposing industry and government lies about the safety of the
genetically engineered foods you’re eating. Fairfield: Yes! books.