martes, 22 de julio de 2008

La gobernanza: Un modelo en la búsqueda de la participación democrática

La gobernanza: Un modelo en la búsqueda de la participación democrática

En la formulación de políticas públicas en general, y de gestión del riesgo en particular, existen tres modelos que describen la relación entre los tres agentes (Khademian & Feldman, 2007). Un primer modelo está centrado en el poder del estado, típico en países con gobiernos autoritarios. Un segundo modelo, el más común en estados llamados democráticos, es aquel que tiene en cuenta a los expertos. Un tercer modelo, ideal en los verdaderos estados democráticos, es el que tiene en cuenta a todos los involucrados o afectados (stakeholders). Este último modelo es denominado por Khademian & Feldman (2007, pág. 308) como modelo de participación pública, al respecto expresan, “Un tercer modelo de participación pública tiene sus raíces en la planeación y esfuerzos por incluir a la gente afectada directamente por las prácticas resultantes de esta planeación, como también los esfuerzos de democratizar el desarrollo e implementación de las políticas públicas. En este modelo, el principal papel del gestor público es involucrar al público afectado por las políticas públicas, creando oportunidades de participación así como el suministro de la información para facilitar la deliberación y toma de decisiones”.

(Khademian & Feldman, 2007, pág. 308)

En el contexto de este modelo de participación pública es que entiendo el concepto de gobernanza, concepto que se introduce en los debates sobre el desarrollo a finales de los años ochenta del siglo pasado. Detenernos a hablar de gobernanza implicaría otra discusión en torno a cómo se emplean los conceptos en uno u otro contexto. Por ejemplo, el banco mundial entiende la gobernanza como “… the manner in which power is exercised in the management of a country’s economic and social resources for development”, midiéndola, además, a través de una serie de indicadores vinculados al crecimiento y desarrollo de los países . Un indicador en esta gobernanza económica que permite la participación pública es el de “rendición de cuentas”; sin embargo, en estados democráticos y corruptos, dueños además de las fuentes de información o de los datos resultados de la gestión, la rendición de cuentas no responde a la realidad. Los datos son alterados o maquillados para que el gobierno de turno no pierda su credibilidad.

Según Hirst (2000, págs. 14-19), además de la versión en el contexto económico, existen otras cuatro versiones de gobernanza. Un breve análisis de estas versiones y de su importancia para el tema que nos ocupa se hace a continuación.

Una segunda versión es la gobernanza mundial centrada en el campo de las instituciones internacionales, en las que se tratan problemas que no pueden ser controlados localmente; el cambio climático y la regulación del comercio internacional son ejemplos de ello; otro sobre el cual urgen regulaciones internacional es la gobernanza de Internet en procura de regular el uso sin control de la Internet, descontrol que ha traído como consecuencia el surgimiento de los nuevos riesgos de la red (virus, troyanos, spyware, correos spam, pishing, pornografía infantil, etc.). El grupo de trabajo de Gobernanza de la Internet WGIG (Working Group on Internet Governance) compuesto por cuarenta miembros representantes de varios gobiernos, el sector privado y la sociedad civil formulan el siguiente concepto de gobernanza,

“Internet governance is the development and application by Governments, the private sector and civil society, in their respective roles, of shared principles, norms, rules, decision-making procedures, and programmes that shape the evolution and use of the Internet”.

http://www.wgig.org/docs/REPORTS.doc

En esta definición todos los actores involucrados juegan un papel importante, desde cualquiera de las esferas de participación: estado, sector privado o sociedad civil. La misma Internet se constituye en un escenario que facilita la participación. A través de los blogs (el nuevo mundo de la blogsfera), los foros o las wikis, la participación pública nunca antes había encontrado un mejor aliado para participar. En este tercer entorno, como lo denomina Echeverría (2007, pág. 69), se crean redes sociales en torno a una problemática común. La sociedad civil puede entrar a discutir sobre aquellos riesgos que no tienen mayor atención por los otros actores. Un caso real que puede servir para apoyar mi anterior afirmación es el retiro del mercado de más de cuatro millones de baterías por parte de la empresa Dell Computer en 2006 por las denuncias en cientos de blogs de las explosiones que se presentaban en los equipos de cómputo. La proliferación de “noticias”, en otros medios, hizo que se presentara una reacción mundial frente a estas baterías; algunas aerolíneas, por ejemplo, prohibieron el uso de portátiles Dell en sus aviones . El sector privado (Dell, Apple, Sony) tuvieron que aceptar sus errores tecnológicos y soportar el costo económico que esto implicaba. La sociedad civil, a través de estas redes sociales, ganó la batalla para que estas corporaciones tomaran decisiones en procura de eliminar el riesgo materializado.

La gobernanza de Internet, a su vez, presenta dos versiones: la gobernanza fruto de la necesidad de regulación tecnológica (dominios especialmente) y la gobernanza social de la Internet como necesidad de dar respuesta a riesgos asociados a la xenofobia, sectas satánicas, racismos, terrorismo, pornografía entre otros, que proliferan en la red.

Una tercera versión se centra en el contexto de las corporaciones y es denominada como gobernanza corporativa. En esta versión se busca regular y proteger los intereses de los inversionistas y los accionistas (shareholders) de las empresas, compañías y corporaciones en general. Contrario al concepto de gobernanza, al cual me acojo, el estado y la sociedad civil no juegan un papel importante en este modelo. Excepto por su injerencia a través de acciones como las del caso anterior, desde las cuales las corporaciones se ven obligadas a regular para no perder su poder competitivo en el mercado.

La cuarta versión es la gobernanza como nuevo modelo de gobierno del sector público en la cual se destaca la introducción de prácticas comerciales y nuevos estilos de gestión en el sector público, al respecto Hirst (2000, pág. 18) expresa: “a new model of public services distinct from that of public administration under hierarchical control and directly answerable to elected officials”.

En la última versión la sociedad civil es el actor principal. Se trata de la gobernanza social o gobernanza en red en la que se hacen presentes los sindicatos, grupos ambientalistas, ONGs, grupos comunitarios y asociaciones civiles en general. Sin embargo, la prominencia de uno de los agentes, el público lego, en este tipo de gobernanza no fertiliza los debates. Grupos ambientalistas como el greenpeace han sido tachados de un radicalismo que impide el desarrollo tecnológico .

Una versión de gobernanza que no se encuentran en las categorías de Hirst es la “buena gobernanza”, versión utilizada en la comunidad europea. Son cinco los principios que se constituyen en la buena gobernanza: apertura, participación, responsabilidad, eficacia y coherencia. Cada uno de estos principios son esenciales para una gobernanza más democrática (Comisión de las comunidades europeas, 2001, pág. 10). En lo referido al principio de participación, en el libro blanco sobre la buena gobernanza se expresa,

“La calidad, la pertinencia y la eficacia de las políticas de la Unión implican una amplia participación de los ciudadanos en todas y cada una de las distintas fases del proceso, desde la concepción hasta la aplicación de las políticas. Una participación reforzada debería generar una mayor confianza en los resultados finales y en las Instituciones de las que emanan las políticas. La participación depende esencialmente de la adopción de un enfoque integrador de este tipo por parte de las Administraciones centrales en la concepción y aplicación de las políticas de la UE”.

En esta versión la participación pública demanda de una capacidad de los ciudadanos para participar en el debate. En ese sentido, no es posible que haya una agente predominante en un modelo de gobernanza. El lego requiere del experto para obtener capacidad de debate, el experto debe acercarse a la sociedad civil para conocer el contexto en el cual se desarrollan sus resultados de investigación y, ambos, deben acercarse al gobierno para la toma de decisiones democráticas y la formulación de las políticas en ciencia y tecnología que afecten al mínimo a los involucrados. Es así como concibo una gobernanza social, donde todos finalmente somos hacedores de políticas (policemakers).

Una gobernanza que trasciende al estado incorporando al sector privado y a la sociedad civil, crea una ambiente político, social y económico favorable para los debates fértiles. Las soluciones a los problemas derivados de los riesgos será en consenso y sus resultados serán responsabilidad de todos. Se podrá, entonces, llegar a niveles en el debate en el cual el riesgo tendrá una sola noción, será el riesgo global en la gobernanza mundial, será el riesgo local en la gobernanza local; sea cual fuere el ámbito de aplicación, bajo los mismos objetivos y en ambientes de confianza, lo debates serán fértiles.

Los debates sobre la subjetividad u objetividad en la evaluación del riesgo serán fecundos si existe un discurso participativo, en el cual tanto los modelos matemáticos como las creencias y valores sean ampliamente discutidas (Renn, 2005, pág. 52).

Nota: la imagen de este artículo corresponde a un portátil Dell incendiándose en una conferencia en Japón en 2006 (imagen tomada del blog http://wappsite.blogspot.com/ )

BIBLIOGRAFÍA

Khademian, A. M., & Feldman, M. S. (2007). The Role of the Public Manager in Inclusion: Creating Communities of Participation. Governance: An International Journal of Policy, Administration, and Institutions , 20 (2), 305-324.
Hirst, P. (2000). Democracy and Governance. En J. Pierre, Debating governance: Authority, seering and democracy (págs. 13-35). Oxford Unviversity Press.
Echeverría, J. (2007). Gobernanza de la sociedad europea de la información. CTS , 3 (8), 67-80.
Comisión de las comunidades europeas. (2001). La gobernanza europea. Un libro blanco. Bruselas.
Renn, O. (2005). White paper on risk governance : Towards an intergrative approach. Genève: International Risk Governance Council.